¿Cuestión de perspectiva? Sobre la pérdida, la incomodidad y las despedidas.

En el ámbito de la gratitud, muchas veces se nos anima a enfocarnos en lo positivo, pero… ¿qué ocurre con las experiencias que no son «agradables» o «placenteras»? Estas también pueden ser clave para el autocuidado y el amor propio. Hoy quiero compartir contigo tres aspectos por los que me siento agradecida, aunque rara vez se mencionen en los diarios de gratitud convencionales.

Agradeciendo lo que no obtuve.

La vida está llena de expectativas y deseos que no siempre se cumplen. En mi caso, hubo cosas que anhelé profundamente, como regresar con un antiguo amor o mudarme a una ciudad distinta. No obstante, al reflexionar, me doy cuenta de que no obtener aquello que deseaba fue una bendición disfrazada. En este proceso de amor propio, he aprendido que no todo lo que queremos es lo que necesitamos. Este tipo de experiencias pueden impulsarnos hacia el crecimiento personal y abrir puertas a nuevas oportunidades que ni siquiera habíamos considerado.

Agradeciendo la incomodidad.

El autocuidado no siempre se trata de consentirnos, sino de enfrentar esas situaciones incómodas que nos desafían y nos obligan a crecer. Ya sea mudándome a una nueva ciudad o enfrentándome al reto de hablar en público, estas experiencias incómodas me ayudaron a fortalecer mi resiliencia. Aunque fueron difíciles en el momento, al mirarlas desde la perspectiva del autocuidado y el amor propio, ahora las veo como oportunidades para expandir mis capacidades y desarrollar habilidades valiosas.

Agradeciendo las despedidas.

Aunque las despedidas son dolorosas, también son una parte fundamental del crecimiento emocional. Decir adiós a personas o situaciones nos brinda espacio para nuevas oportunidades y para practicar el autocuidado emocional. A través del amor propio, aprendemos que dejar ir lo que ya no nos sirve puede ser una de las decisiones más sanas que podemos tomar. Las despedidas, aunque difíciles, nos preparan para recibir algo mejor.

Gratitud como herramienta de autocuidado y amor propio.

La gratitud no solo se trata de enfocarse en lo positivo, sino de adoptar una visión más amplia que valore tanto lo bueno como lo malo. El verdadero crecimiento y la sabiduría se encuentran a menudo en los momentos de incomodidad, pérdida o despedida. Practicar la gratitud genuina es una forma poderosa de fortalecer nuestro amor propio y mejorar nuestro bienestar emocional.

Como Psicóloga Clínica, mi objetivo es ofrecer asesoría psicológica que no solo funcione en el consultorio, sino que también sea aplicable en tu día a día. Entender y aceptar estas experiencias difíciles es un paso crucial en el proceso de autocuidado, crecimiento personal y amor propio.

Si sientes que necesitas apoyo, recuerda que este contenido no reemplaza una terapia psicológica. Si estás buscando ayuda, no dudes en contactar a un profesional. En mi página web psicologalorenia.com, puedes encontrar más información sobre mis servicios de psicoterapia online y cómo puedo acompañarte en tu proceso de bienestar. ¡Porque tú lo vales!

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